¿Por qué el alcohol afecta negativamente a nuestro estado de ánimo?

¿Cuáles son las causas por las que el consumo del alcohol nos conduce hacia un bajo estado de ánimo?

Aunque no lo parezca, el alcohol es una droga, legal, que utilizamos a menudo para intentar mejorar nuestro estado de ánimo, olvidar nuestros problemas y evadirnos de ellos. Sería eso que algunos nos cuentan de que beben para olvidar las penas, y bueno, esa parece ser la intención.

Sin embargo lejos de contribuir a nuestro bienestar, su consumo solo va a empeorar la mala situación por la que podemos estar pasando y para colmo puede afectar negativamente el estado de ánimo.

Vamos a intentar acercarnos a las características del consumo del alcohol que hacen que nos predisponga a sentirnos con un bajo estado de ánimo, lo cual no es exactamente lo que andamos buscando.

Efectos psicológicos del alcohol

Lo primero que hay que saber es que el alcohol actúa como depresor del sistema nervioso, es decir, funciona como si fuera un tranquilizante para el organismo.

El componente principal de cualquier bebida alcohólica es el etanol o alcohol etílico que se presentará en mayor o menor grado según el tipo de bebida que tomemos.

Es conocida la función depresora del alcohol; lo que a lo mejor no es tan conocido es el efecto básico que se produce. Cuando la dosis es baja vamos a notar una disminución de la ansiedad y una desinhibición de las funciones cerebrales que hacen que nos controlemos, produciendo un estado de excitación, con aumento de la respiración y la frecuencia cardíaca.

Cuando la dosis sea mayor, y lo será, porque el control de lo que hacemos está un poco alterado y nos sentimos bien mientras bebemos, será cuando aparezca el efecto depresor del sistema nervioso central y la consiguiente disminución de conciencia y pérdida de coordinación en los movimientos. El consumo continuado va a provocar una alteración de algunos neurotransmisores como el GABA y la serotonina, lo que va a provocar que aumenten y empeoren los síntomas anímicos negativos.

Tipos de alcohol

No todas las bebidas alcohólicas son iguales, presentan distinto grado de alcohol y nos afectan de distinta manera.

En las bebidas fermentadas el etanol se obtiene mediante la fermentación de azúcares y su grado de alcohol se encuentra entre 4º y 16º por ejemplo, la cerveza y el vino; en las bebidas destiladas se evapora parte del agua de las fermentadas para aumentar la concentración del contenido etílico estando entre 20º y 42º; en los licores se mezcla la bebida fermentada con fruta aumentando así el azúcar y por consiguiente el potencial de embriaguez y en el socorrido combinado se mezcla el alcohol con una bebida con gas, gracias al cual hace que atraviese más fácilmente la barrera hematoencefálica.

Resulta entonces que no todos los tipos de alcohol afectan de la misma manera. Por ejemplo, los que toman bebidas fermentadas suelen contar que notan una sensación de relajación y que se sienten más despreocupados; en cambio, el consumo de licores, con un grado de alcohol más elevado, se relaciona con cambios más abruptos del estado de ánimo, suelen contar que se sienten más tristes y además pueden aparecer con más frecuencia conductas o sensaciones agresivas con respecto a los que beben fermentadas.

¿Por qué tomar alcohol hace que baje el estado de ánimo?

Como hemos estado viendo, parece ser que el consumo de alcohol afecta a nuestra conducta en mayor o menor medida según la cantidad que bebamos, y a la larga si el consumo es continuado o cronificado, las alteraciones que observaremos serán mayores, pudiéndose presentar trastornos mentales que no solo se limitan a la adicción, dado que, por ejemplo, pueden surgir alteraciones del estado de ánimo o problemas económicos o sociales.

Se ha observado que las personas con dependencia al alcohol muestran con mayor frecuencia síntomas depresivos y de ansiedad, pero también estaban presentes con anterioridad de que apareciera la adicción propiamente dicha.

En este sentido, el alcohol es un gran depresor del sistema nervioso central, pero esto no significa que la persona se vuelva totalmente pasiva o esté apagada emocionalmente.

También pueden aparecer otros tipos de cambios psicológicos, como por ejemplo un aumento del comportamiento agresivo, de la labilidad emocional, o un deterioro en la capacidad de juicio y toma de decisiones. Además es importante recordar que pasados unos pocos minutos estando bajo los efectos del alcohol, habitualmente aparece un malestar físico y emocional que se plasma en un bajo estado de ánimo y una tendencia a la irritabilidad.

De igual modo, también aparecen otras alteraciones que pueden se pueden observar muy fácilmente, como una marcha descoordinada, problemas en el equilibrio y en el habla, la famosa lengua de trapo que aparece en muchísimos chistes.

Todas estas cosas que estamos viendo van a repercusiones negativas que van a llegar a todos los ámbitos que forman parte de la vida de la persona que bebe demasiado, desde el familiar y el de los amigos, hasta el laboral (hay mayor absentismo laboral, menor productividad y más propensión a los accidentes en el trabajo).

Todas las consecuencias y alteraciones en la vida personal, acabarán afectando a su estado de ánimo incluso cuando ya no haya un gran exceso de alcohol en el cuerpo, viéndose así no solo afectado por los síntomas que de por sí genera el consumo de alcohol, sino también por todas las pérdidas de bienestar y de salud que comporta el hecho de seguir bebiendo.

El hecho de intentar afrontar los problemas a base de ingerir una sustancia que los puede llegar a provocar lleva a entrar en un bucle en el que se bebe para olvidar los problemas y para inhibir los síntomas depresivos y de ansiedad que se pueden tener, pero solo se consigue empeorar la situación y que el malestar no solo continúe, sino que aumente.

Es importante que nos demos cuenta de que tomar alcohol no va a solucionar nada, ni va a aliviar el malestar emocional por el contrario, sólo empeorará la situación, su estado de ánimo e incluso su calidad y cantidad de sueño.

Se han dado casos en los que personas que no presentaban inicialmente un trastorno depresivo o del estado de ánimo, finalmente, y a causa del consumo de alcohol, han llegado a desarrollarlo.

Como pasa con la mayoría de las drogas, si dejamos de tomar alcohol es fácil que aparezcan síntomas negativos que pueden llevar al conocido síndrome de abstinencia, aumentándose en este caso tanto trastornos del estado de ánimo como ansiedad.

Es decir, dejar de tomar alcohol una vez estamos inmersos en una adicción también afecta a nuestra salud mental, y la idea de tener que esforzarse para no recaer también contribuye a que el estado de ánimo empeore, ya que no se ve una salida clara a la adicción.

Puede ser necesario buscar ayuda profesional para poder afrontar con más eficacia la adicción que tenemos.

Otra cosa que también confirma los trastornos que acompañan al consumo de alcohol en nuestro estado de ánimo es el aumento del riesgo de suicido vinculado al consumo de alcohol. En este caso, el tomar alcohol actúa como factor de riesgo, dado que aparecen síntomas depresivos, de ansiedad, impulsividad y agresivos (en esta ocasión una violencia dirigida a uno mismo), que junto con la desestructuración y la afectación de los diferentes ámbitos de la vida, producen una combinación que puede llegar a ser fatal y que puede llevar a algunas personas a creer que la única salida es la muerte. Se ha observado que aproximadamente un 25% de los suicidios están relacionados con el consumo de alcohol.

¿Buscas servicios de apoyo psicológico profesional?

Además de toda una red de profesionales que desde el ámbito privado estarían dispuestos a echar una mano, también existe una magnífica red de profesionales que desde el ámbito público, tanto municipal como regional -en Madrid forman parte de los CAD y los CAID-, y están preparados para ayudarte, si lo crees necesario.

La Historia del Martillo.

Paul Watzlawick, en su libro «El Arte de amargarse la vida», cuenta la historia del martillo, por cierto un librito (bastante corto) muy divertido y escrito con bastante retranca (si, son cosas de psicólogos, pero si te animas a leerlo, seguro que tú también te diviertes un poco, es fácil de encontrar… en la red).

Tal vez no te haya ocurrido a ti directamente –a ninguno nos pasa, ni nos pasará- pero seguro que conoces a alguien a quien le haya pasado algo parecido.

Te invito a leerla, y si acaso a esbozar una ligera sonrisa.

«Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta un martillo. El vecino tiene uno. Así pues, nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo.

Pero le asalta una duda:

¿Qué? ¿Y si no quiere prestármelo?

Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizás tenía prisa.

Pero quizás la prisa no era más que un pretexto, y el hombre abriga algo contra mí.

¿Qué puede ser? Yo no le hecho nada; algo se habrá metido en su cabeza.

Si alguien me pidiese prestada alguna herramienta, yo se la dejaría enseguida. ¿Por qué no ha de hacerlo también? ¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro?

Tipos como este le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él.

Solo porque tiene un martillo. Esto ya es el colmo.

Así nuestro hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y, antes de que el vecino tenga tiempo de decir «buenos días», nuestro hombre le grita furioso: «Quédese usted con el martillo, so penco».

Anímate a comentar si te has sentido identificado, o si tienes un familiar, amigo o conocido al que seguro que le pasa esto. (No digas nombres, por si acaso…).

Pequeña leyenda hindú

Hace ya algunos años –así como 20 o más (privilegios de la edad)- me llegó esta historia. Recuerdo que me gustó mucho. Y como tantas otras cosas, pasó a un cajón de recuerdos bonitos. Ese cajón que casi nunca se vuelve a abrir, si no es para seguir guardando cosas…
Hasta que hace unos días ha regresado a mi dentro de un librito de esos que leemos los psicólogos y demás gentes de mal vivir. No tengo muy claro el porqué. Y he decidido compartirla con vosotros.
A lo mejor ya la conoces. Si a ti también te ha ocurrido, si también tú te has reencontrado con esta pequeña historia, te invito a que tratemos de encontrar el motivo. Puede ser entretenido. Nunca se sabe dónde podemos acabar…

https://media.istockphoto.com/photos/view-of-deity-of-the-virupaksha-temple-complex-picture-id1148345172?b=1&k=6&m=1148345172&s=170667a&w=0&h=wEFutL7S7Z2_r4BYh39r-Ds7a6Cw5mGdff7IcgKXaCg=



“Una antigua leyenda hindú cuenta que hubo un tiempo en el que todos los hombres eran dioses, pero abusaron de tal forma de su divinidad que Brahma, el dios supremo, decidió desposeerlos de su poder divino y esconderlo en un lugar donde les fuera imposible encontrarlo.

El problema, por tanto, era decidir cuál sería ese escondrijo.
Cuando los dioses menores fueron convocados a un consejo para resolver este problema, propusieron lo siguiente:
• Ocultemos la divinidad bajo la tierra.
Pero Brahma respondió:
• No, eso no basta, pues el hombre excavará y acabará por encontrarla.
Entonces los dioses replicaron:
• Echemos la divinidad a lo más hondo de los océanos.
Pero Brahma respondió de nuevo:
• No, pues más tarde o más temprano, el hombre explorará las profundidades de todos los océanos, y lo más seguro es que un día la encuentre y la saque a la superficie.
Entonces los dioses menores concluyeron:
• No sabemos dónde esconderla, pues no parece existir ni en la tierra ni en el mar, un sitio donde el hombre no pueda llegar algún día.
Entonces Brahma dijo:
• Ya tengo la solución. Esto es lo que vamos a hacer con la divinidad del hombre: esconderla en lo más profundo de si mismo, pues será el único lugar en el que nunca pensará buscar.

Desde ese momento, concluye la leyenda, el hombre ha dado la vuelta al globo, ha explorado, escalado y se ha sumergido, incluso ha explorado la Luna y el cielo en busca de algo que se encuentra dentro de él.”

Matemáticas de andar por casa en una pandemia mundial

Primero de todo aclarar que no soy epidemiólogo. Pero con tiempo para reflexionar y echar cuentas he decidido hablar un poco de las cosas que me sorprenden o, por lo menos, que me llaman la atención de todo el asunto este del coronavirus.

Estos días leo desde el confinamiento que la cuarentena nos ha impuesto mucha idea loca sobre el coronavirus, sobre cómo se combate, sobre cómo se contagia o sobre qué medidas debemos llevar a cabo. Veo también en general un comportamiento adecuado y solidario en la mayoría de la población con una conducta ordenadamente cívica, pero también algunos perturbadores casos de individualismo. No es que las medidas coercitivas que limitan la movilidad de los ciudadanos sean mis preferidas, pero en este caso no vamos a tener más remedio que acatarlas.

También, veo que nadie explica de modo coherente cómo funciona esto del aislamiento y para qué lo estamos haciendo. Así que, en este artículo quiero explicar cómo lo veo yo y hacer unas pequeñas cuentas de andar por casa de cómo serían las cosas si no hiciéramos nada y a qué nos aboca lo del aislamiento social.

La progresión geométrica es invisible al ojo humano hasta que es tarde

La mente humana no está preparada para entender directamente lo que es una progresión geométrica, sin embargo, matemáticamente es como podemos describir una situación de contagio (como la del coronavirus). Por ejemplo:

La figura anterior intenta poner un ejemplo de cómo crece el número de afectados, suponiendo que cada uno de ellos contagia a sólamente a otros dos. Si pensamos que cada fila de círculos son los infectados en un día podemos ver que desde el día 1, con un infectado llegamos al día 5 con 31 infectados.

Sólo han pasado cinco días y el número de infectados se ha multiplicado, hemos pasado de 1 a 31. Cuando me explicaban estas cosas de las progresiones geométricas durante el bachillerato (creo que fue), me contaron la historia del precio que pidió el inventor del ajedrez. Supongo que a muchos os sonará:

Cuenta la leyenda que cuando se inventó el ajedrez por encargo de algún mandamás de algún país remoto, preguntó al señor inventor qué quería a cambio de tan magnífico juego. El inventor le dijo al mandamás que quería que le pagaran con trigo, por cada una de las casillas: por la primera un grano, el doble (dos granos) por la segunda, el doble (cuatro granos) por la tercera, el doble (ocho granos) por la cuarta… así hasta llegar a la sexagésimo cuarta (porque ya sabemos que el tablero tiene 64 casillas). El mandamás pensó que era un precio muy bajo y aceptó sin reflexionar mucho en las implicaciones, pero dejadme que le haga yo las cuentas de lo que tiene que pagar:

Eso traducido en peso ¿cuánto sería? Pues no podría decirte, pero déjame especular un poco. Primero debería saber cuántos granos de trigo hay en un kilo y no tengo ni idea, así que voy a especular un poco. Si encontráis ese dato, podéis rehacer los cálculos con él. Yo voy a suponer que en un kilo de trigo hay 30.000 granos. No sé si me quedo corto o me paso, pero es por poner una cifra. Así pues, sólo tengo que dividir el número de granos que nos dio antes por la cantidad de granos que hay en un kilo y obtendré cuánto pesa (en kilos) el trigo que hay que pagarle al señor este: 614.891.469.123.651Kg… unos seiscientos catorce mil billones de kilos o lo que es lo mismo 614.891.469.123Tm de toneladas métricas (seiscientas catorce mil ochocientas noventa y un millones de toneladas métricas). Pues nada, vamos a buscar todo ese trigo para pagarle…

Por curiosidad busqué la producción mundial de trigo del 2019 y encontré que es de 731,46 millones de toneladas. ¡Espera! Con la producción mundial de 2019 no podemos pagar al buen señor… necesitamos saber, entonces cuántas cosechas mundiales de cuántos años necesitamos comprar 614.891.469.123 / 731.460.000 y esto nos da que debemos comprar el trigo cosechado en todo el mundo durante un poco más de 840 años para pagar al buen hombre que inventó el ajedrez.

Como la mayoría de las personas, ese mandamás no tenía una mente preparada para observar cómo afecta una progresión geométrica al resultado final.

El coronavirus se está extendiendo por el mundo en progresión geométrica de forma que alcanzará a toda la población del mundo pronto.

El problema del cálculo de fallecidos

Hemos visto que algunos líderes mundiales quitaban hierro a esto del coronavirus con argumentos un tanto pillados por los pelos: no es una enfermedad grave, afecta a ancianos y a gente con patologías previas, no pasa nada, todos los años tenemos una epidemia de gripe que se lleva a unos pocos… Como al mandamás del ajedrez las progresiones geométricas no les son fáciles de comprender.

Vamos a hacer una valoración de cuántos muertos puede ocasionar una depidemia suelta para la que no tenemos cura ni vacuna. Ya tuvimos un ejemplo en la mal llamada Gripe Española, pero desde entonces, hace 100 años, hemos aprendido muy poco o nada. Así pues, considerando que tiene una mortalidad de un 4% más o menos, según países, la cuenta rápida en España sería que con una población de 47 millones de personas si se infectan todos, morirían 1.880.000 personas. Pero hay otro problema para este cálculo, a los enfermos hay que cuidarlos y eso representa que la sanidad se verá colapsada. El 14% de los infectados necesitan cuidados especiales dada la gravedad de los síntomas, de lo que pueden morir. Por lo tanto la ratio de mortalidad crecerá: no habrá sanidad para todos.

Por poner algo más visual vamos a fijarnos en esta figura de arriba. La línea gruesa negra representa el número de casos. Si la población se infecta de forma geométrica, el número de casos crecerá rápidamente. Al cabo de unos días comenzará a crecer de una manera más lenta hasta que superado el pico comenzará a decrecer el número de casos. Los infectados que superen el contagio habrán conseguido algo de inmunidad contra el virus, otros morirán, pero lo que sabemos es que aproximadamente el 14% de los infectados necesitarán una cama donde recibir cuidados intensivos y si no los reciben, la proporción de muertos aumentará. Y ahí es donde radica el problema: ¿qué ocurre cuando las camas de las UCI estén llenas? Pues básicamente que no se puede atender a todo el mundo y morirá más gente: pero no sólo de coronavirus, también aquellos que desafortunadamente tengan un infarto de miocardio, o un accidente de tráfico, o un accidente laboral, o una pulmonía bacteriana, o …

Por tanto, no serían sólo los muertos por coronavirus los que hay que contabilizar, sino que también hay que contar todos aquellos que hubieran podido salvarse si la sanidad no hubiera estado colapsada.

El confinamiento para parar el contagio

¿Qué efectos tendrá el confinamiento en nuestra curva de afectados? Pues es difícil saberlo, porque depende de muchos factores. Pero podemos hablar de lo que esperan las autoridades.

Vamos a echar un ojo a las curvas anteriores.

Lo que ocurre es que impuestas las medidas de confinamiento es un poco difícil saber cómo se comportará la curva de infectados. Dependerá no sólo de cuándo se haya puesto sino también de cómo de estrictas sean las medidas y de otros factores imponderables: ¿Cómo de infectada está tal o cual zona o lugar? ¿Cómo de seriamente se lo ha tomado la población? ¿Se tomó a tiempo esa medida?

La intención de todos es mantener la curva de infectados por debajo de la línea de saturación de la sanidad. ¿Qué ocurre si no es así? Pues hay que aumentar el número de camas disponible. Eso está ocurriendo ya en algunas comunidades autónomas y ha ocurrido en otros países antes. Se han creado camas en nuevos hospitales improvisados para atender esa demanda.

¿Qué otras cosas ocurren cuando se han instaurado las normas de confinamiento para controlar la pandemia? Pues básicamente que el famoso pico de contagio se retrasa. ¿Cuánto? Pues no lo sé, mis cuentas de andar por casa no son capaces de calcular eso, pero sí sé que se retrasa.

Además hay que tener en cuenta muchas variables y supongo que quien toma las decisiones tendrán a mano algún modelo de simulación que les diga esas cosas teniendo en cuenta todas esas variables que a mí se me escapan. Sin embargo, se pasan todas las ruedas de prensa hablando de que ya vamos a llegar al pico, de que el pico ya está cerca… y la gente está pensando que alcanzar el pico acaba con el problema y ya se pueden relajar, pero es al contrario. Debemos estar concentrados ahora, pero una vez hayamos pasado de una puta vez el famoso pico tenemos que seguir concentrados y en confinamiento para evitar un rebrote. De nada sirve hablarle a la población general del pico de contagios si finalmente lo único que indica es que tenemos ante nosotros al menos tanta confinación como hemos tenido hasta ahora. Que sí, que las cifras de muertos e infectados irá descendiendo, pero seguirá muriendo gente y seguirá infectándose. Lo que hay que hacer es concienciar a todos que cuanto más actuemos como comunidad, y no como individuos, más gente se salvará.

Bulos, virus y grandes números

Me he cansado de leer bulos. Los bulos tontos me hacían gracia al principio, pero luego veo a gente quemándose la piel o la garganta haciendo lavativas o gárgaras con los más extraños mejunjes. Algunos tantos que relacionaban la ganadería con la pandemia, que si los antibióticos que se dan al ganado han creado resistencia en los microorganismos y se ha desatado la pandemia. ¿Te suena bien? Entonces no entiendes cómo funcionan esos bichillos. Los virus siempre, repito siempre, han sido resistentes a los antibióticos. Así que nada tiene que ver el que den antibióticos al ganado con la pandemia pero aprovechando que por Valladolid pasa el Pisuerga pues ya meto una pullita vegana al tema.

La gente habla de matar al bicho de las maneras más variopintas y el problema es que un virus, en realidad, no lo puedes matar porque no está vivo. Un virus es apenas unas pocas proteínas recubiertas de una cáscara de grasa. Para luchar contra ellos lo mejor que puedes hacer es echarle jabón a esa cubierta de grasa, para deshacerla: !lávate las manos y todo lo que toques!… y poco más hasta que encontremos un remedio antiviral adecuado.

El problema que causa este virus es que es una mutación para el que no estamos vacunados y no tenemos ni inmunidad de grupo ni individual. Y el problema es que puede mutar de nuevo. No es algo que el virus haga voluntariamente. Una mutación ocurre como una lotería: incluso la mutación es menos probable que el que toque la lotería. Sin embargo, aquí el ser humano tiene otra incapacidad natural, la de percibir números muy grandes o muy pequeños. Ya ocurrió en la famosa Gripe Española, el primer brote fue en 1914 y afectó, como éste, principalmente a personas mayores. Campó a sus anchas y eso significó que hubo muchos miles de millones y de trillones de copias del virus pululando. En 1918 apareció una mutación mucho más dañina que mató a jóvenes, niños, ancianos y quien se le puso por delante.

No podemos dejar que este virus pulule libremente y consiga hacer miles de millones de millones de copias. Cualquier error en la transcripción de las proteínas es una mutación potencialmente peligrosa. Esos errores de copia son muy raros de una entre millones, pero es que si lo dejamos libre habrá millones de copias y puede aparecer esa que lo haga aún más peligroso.

Conclusiones

No estamos ante una situación que hayamos visto antes en el mundo. La novedad de esa pandemia es que hay que pararla y los gobiernos están teniendo reticencia a parar un país por ella, a pesar de haber visto cómo, al final, otros países han tenido que hacerlo. Cuando se puso en cuarentena a toda una ciudad en China, los demás estados deberían haber previsto ya que tendrían que hacer lo mismo. Cuando llegó a Italia se tardó en tomar las mismas medias, cuando ha llegado a España ha ocurrido lo mismo, y ahora asistimos a cómo otros países siguen sin escarmentar en cabeza ajena y piensan que con ellos no va esto, que lo van a poder controlar sin hacer tanto aspaviento.

Hace dos días veía una entrevista hecha desde Holanda a un epidemiólogo chileno y la entrevistadora comentaba que en Holanda estaban seguros que estas cosas pasan en países como China, Italia o España, más atrasados que ellos, que no han hecho los deberes antes. No estaría mal recordarles el famoso refrán «cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar». Pero espero que tengan razón y no se vean como nos vemos nosotros junto con italianos y parte de los chinos.

La gente además espera que los resultados se vean ya. Parece que nadie les ha explicado lo que es el periodo de incubación, que son los días que transcurren entre que alguien se contagia y la aparición de los primeros síntomas, que es cuando ya se es potencialmente contagioso. El problema es que ese periodo puede ser entre dos días y catorce días, con una media de diez. Es decir, más o menos lo que vemos en los números de hoy es el resultado de los contagios de hace una semana.

Podemos apreciar que todos los países, en general estamos teniendo evoluciones similares, de momentos estamos repitiendo los pasos de otros países de nuestro entorno. Espero que el confinamiento tenga sus beneficios y podamos imitar la curva de Corea del Sur lo antes posible y vamos camino de ello, muy despacio, pero vamos. Otros países como Estados Unidos y Reino Unido están actuando tarde, espero que lo puedan controlar finalmente. Pero sólo puedo esperarlo, porque se les ve desatados.

Pues poco más que decir, veo a gente hablando mucho y diciendo la primera barbaridad que se les viene a la cabeza. Y conste que no es que me guste cómo está gestionando el Gobierno las cosas, pero veo que los hay todavía peores. Me imagino cómo nos estaría yendo a estas alturas con Rajoy: el presidente que nunca hacía nada y guardaba los problemas en el cajón hasta que caducaban… Menos me gusta cómo lo están gestionando algunos(as) presidentes(as) de Comunidades Autónomas, que lo están haciendo aún peor que el presidente nacional, con la diferencia de que tienen a alguien por encima a quien echarle la culpa mientras asegurar ser los más leales del mundo mundial.

Quizá otro Presidente podría hacer lo mismo y estarle echando la culpa a Europa, y no le faltaría razón. Está claro que de esta crisis global debemos salir unidos y Europa sigue jugando al juego de cada perro que se lama su cipote. Lo que terminará por cargarse los pocos argumentos europeístas que podían contarnos: si no estamos a las duras para qué estar a las maduras, en las maduras también cada perro se puede lamer su cipote. Es precisamente en las duras cuando se hace nación, en los momentos difíciles cuando hay que estar y fomentar esa identidad europea. Vemos cómo a Italia le están ayudado más China, Rusia y Cuba que la Unión Europea, y con España tiene pinta que va a ser más de lo mismo.

Pues aquí lo dejo que no me quiero calentar y me ha salido un ladrillo considerable… sólo un último consejo: ¡Quédate en tu puta casa!

RECOMENDACIONES DIRIGIDAS A LA POBLACIÓN PARA UN AFRONTAMIENTO EFICAZ ANTE EL MALESTAR PSICOLÓGICO GENERADO POR EL BROTE DE CORONAVIRUS-COVID 19

Este texto es del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, directamente lo copio y pego sin apenas modificaciones:

La evolución de la situación comunicada a través de noticias y advertencias, no siempre se hace de la forma adecuada, bien por falta de rigurosidad, forma de comunicación, o sobredimensión de la misma. Esto puede influir en el estado emocional de las personas, dando lugar a conductas de alerta que se muestran poco eficaces a nivel personal y social.

A – SI NO ESTÁ AFECTADO POR LA ENFERMEDAD

Pero está sintiendo una serie de emociones con alta intensidad y/o persistentes como:

● Nerviosismo, agitación o tensión, con sensación de peligro inminente,

y/o pánico.

● No puede dejar de pensar en otra cosa que no sea la enfermedad, o la

preocupación por enfermar.

● Necesita estar permanentemente viendo y oyendo informaciones sobre

este tema.

● Tiene dificultad para concentrarse o interesarse por otros asuntos.

● Le cuesta desarrollar sus labores cotidianas o realizar su trabajo

adecuadamente; el miedo le paraliza y le impide salir a la calle.

● Está en estado de alerta, analizando sus sensaciones corporales, e

interpretándolas como síntomas de enfermedad, siendo los signos

normales habituales.

● Le cuesta controlar su preocupación y pregunta persistentemente a sus

familiares por su estado de salud, advirtiéndoles de los graves peligros

que corren cada vez que salen del domicilio.

● Percibe un aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada

(hiperventilación), sudoración, temblores sin causa justificada.

● Presenta problemas para tener un sueño reparador.

LE RECOMENDAMOS QUE…

1. Identifique pensamientos que puedan generarle malestar. Pensar

constantemente en la enfermedad puede hacer que aparezcan o se

acentúen síntomas que incrementen su malestar emocional.

2. Reconozca sus emociones y acéptelas. Si es necesario, comparta su

situación con las personas más cercanas a usted para encontrar la

ayuda y el apoyo que necesita.

3. Cuestiónese: busque pruebas de realidad y datos fiables. Conozca

los hechos y los datos fiables que ofrecen los medios oficiales y

científicos y evite información que no provenga de estas fuentes,

evitando información e imágenes alarmistas.

4. Informe a sus seres queridos de manera realista. En el caso de

menores o personas especialmente vulnerables como ancianos, no les

mienta y proporcióneles explicaciones veraces y adaptadas a su nivel de

comprensión.

5. Evite la sobreinformación, estar permanentemente conectado no le

hará estar mejor informado y podría aumentar su sensación de riesgo y

nerviosismo innecesariamente.

6. Contraste la información que comparta. Si usa redes sociales para

informarse, procure hacerlo con fuentes oficiales.

PAUTAS Y TAREAS DE AUTOCUIDADO.

● Mantenga una actitud optimista y objetiva. Es fuerte y capaz.

● Lleve a cabo los hábitos adecuados y de higiene y prevención que

recomienden las autoridades sanitarias.

● Evite hablar permanentemente del tema.

● Apóyese en su familia y amigos.

● Ayude a su familia y amigos a mantener la calma y a tener un

pensamiento adaptativo a cada situación.

● Acuda a fuentes oficiales y busque información contrastada por

expertos: Ministerio de Sanidad, Colegios Profesionales Sanitarios,

Organismos Oficiales, OMS, etc.

● No contribuya a dar difusión a bulos y noticias falsas. No alimente su

miedo ni el de los demás.

● Procure hacer vida normal y continuar con sus rutinas.

● Tenga cuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o

discriminación. El miedo puede hacer que nos comportemos de forma

impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas.

B – SI PERTENECE A LA POBLACIÓN DE RIESGO SEGÚN INDICAN LAS

AUTORIDADES SANITARIAS

1. Siga las recomendaciones y medidas de prevención que determinen

las autoridades sanitarias. Confíe en ellos porque saben lo que tienen

que hacer. Ellos tienen los conocimientos y los medios.

2. Infórmese de forma realista y siga las pautas emocionales del

apartado A.

3. No trivialice su riesgo para intentar evadir la sensación de miedo o

aprensión a la enfermedad.

4. Tampoco magnifique el riesgo real que tiene. Sea precavido y prudente

sin alarmarse.

5. Si le recomendaran medidas de aislamiento, tenga presente que es

un escenario que puede llevarle a sentir estrés, ansiedad, soledad,

frustración, aburrimiento y/o enfado, junto con sentimientos de miedo y

desesperanza, cuyos efectos pueden durar o aparecer incluso

posteriormente al confinamiento. Trate de mantenerse ocupado y

conectado con sus seres queridos.

6. Genere una rutina diaria y aproveche para hacer aquellas cosas que

le gustan pero que habitualmente por falta de tiempo no puede realizar

(leer libros, ver películas, etc.).

C – SI ESTÁ PADECIENDO LA ENFERMEDAD

Siga las recomendaciones anteriores y además:

1. Maneje sus pensamientos intrusivos. No se ponga en lo peor

anticipadamente.

2. No se alarme innecesariamente. Sea realista. La inmensa mayoría de

las personas se están curando.

3. Cuando sienta miedo, apóyese en la experiencia que tiene en

situaciones similares. Puede que ahora no lo asocie por tener

percepción de mayor gravedad. Piense cuántas enfermedades ha

superado en su vida con éxito.

Pequeño manual para luchadores contra el coronavirus.

Si estás leyendo esto, quiero que sepas que, quieras o no, te guste o no, ya estás reclutado para combatir a un enemigo que nos afecta a Todos.

La realidad es la que es, y además es muy tozuda. Aunque te niegues a aceptarla, ahí está. No entiende de color de piel, ni de ideologías, ni de creencias. Puedes creer lo que gustes. No va a cambiar. Sobre todo si no haces nada.

¿Y qué puedes hacer?

Fundamentalmente colaborar y arrimar el hombro.

Resulta imprescindible que nos quedemos en casa el mayor tiempo que nos sea posible. Procuremos no salir a la calle. Es la recomendación más segura y nuestra misión más importante como luchadores contra este mal común. Es también lo más eficaz que podemos hacer para salir pronto victoriosos de esta situación.

Entiende que permanecer en casa es lo más correcto e imprescindible. Debe ser una idea constante en nuestro pensamiento y si me apuras en las conversaciones con quienes nos acompañan en casa.

Es posible que se hayan cometido errores y también es posible que alguno más se acabe cometiendo. La medicina no es una ciencia exacta y el enemigo es nuevo. Aunque no te lo creas estamos en el proceso de conocer cómo es, y en ese proceso a veces se dan palos de ciego, que nos sirven como lección y para aprender de nuestros errores. Pero eso no nos va a impedir seguir adelante. Y vencer.

La situación va a depender mucho de nosotros mismos, de nuestro respeto, hacia nosotros y las demás personas, de nuestra honestidad y nuestro compromiso con la misión. El cumplir con las recomendaciones que nos vayan dando es nuestra principal responsabilidad.

Nuestra vida ha cambiado sustancialmente y casi de la noche a la mañana. Vamos a tener que cambiar nuestras rutinas. Casi todas. Por eso hay que organizarse y pensar bien lo que podemos hacer, cuándo, cómo y con quién hacerlo. Planifica, piensa en actividades que uno puede realizar solo (si es la situación) o en compañía. No lo dejes a la improvisación.

Planifica todo lo que necesites relacionado con la alimentación y otros productos de primera necesidad para salir a la compra lo menos posible. Procura hacer una lista para que no se te olvide nada…

Intenta escribir todas las ideas que se te ocurran para estar tiempo en casa sin salir. Organizar alguna actividad para que toda la familia opine y decidáis juntos. Es una manera de que todos os sintáis responsables. Ten en cuenta que en esta lucha, hasta los niños son guerreros.

Vais a estar mucho tiempo juntos, es importante respetar espacios, necesidades particulares y tiempos diferenciados.

A veces ayuda el escribir todo esto y diseñar una especie de horario que esté visible para todos los de casa y que sea flexible, para poder modificarse con el acuerdo de todos los que estáis compartiendo esa experiencia (no todas las familias son iguales, cada una tiene una experiencia, parecida, o distinta).

Para esta, como para todas las luchas resulta imprescindible informarse, por supuesto, Pero habría que hacerlo adecuadamente. Habría que buscar la información OFICIAL, CONTRASTADA Y NECESARIA.

La preocupación y la falta de confianza en los medios autorizados (no solamente por la ley, sino por autoridades especializadas que nos den una información real, veraz y contrastada) hace que tendamos a la sobreinformación. Comenzamos a leer noticias, algunas falsas, otras veraces, otras tremendistas, otras tendenciosas, alarmistas y fundamentadas en… nada.

La sobreinformación puede llegar a ser muy nociva, tóxica a veces, porque puede provocar sensaciones de desasosiego, e incluso abandono por parte de quienes se preocupan por nosotros, que son absolutamente contraproducentes. Hay que buscar información, por supuesto. Pero la justa y correcta.

Comparte esa información con quienes te acompañan en casa. Sé prudente y usa mensajes constructivos y adecuados a la edad de cada uno, sobre todo con los más pequeños. Intenta no difundir, crear o esparcir rumores, ni estar todo el rato hablando de eso.

Las redes sociales están bien, pero con prudencia. Hay miles de noticias falsas e informaciones inútiles que ni siquiera los medios serios pueden contrastar convenientemente porque se producen a millones y pueden hacer que perdamos la tranquilidad con mucha facilidad. Y lamentablemente, ése es su objetivo. Desestabilizarnos.

Mantente conectado con tus familiares que no viven en tu casa, amigos, compañeros de trabajo y especialmente con las personas mayores, sean o no familiares tuyos. Charlar con ellos sobre cómo estamos afrontado esta situación no va a ayudar, evitando en lo posible, eso si, alimentar miedos e inquietudes.

Si puedes, y si te es posible, puedes recurrir a las videollamadas, así se facilita el contacto y puedes aportar tranquilidad a la otra persona, que puede ver que estás bien.

Mantener la calma y la visión de que estamos haciendo lo correcto nos va a ayudar en todo momento. Porque estaremos haciendo las cosas bien.

Puedes aprovechar esta nueva situación, que se sabe que es temporal para hacer cosas y disfrutar de esos momentos que casi nunca podemos vivir, debido al ritmo y la organización de la vida que solemos llevar.

Hay muchas actividades de las que nos podemos aprovechar. Puede que nos resulte raro al principio, porque no suelen formar parte de nuestras rutinas habituales y tal vez pensemos que no podemos o no sabemos vivirlas. Pero eso no tiene por qué ser así, al contrario. Encontrar espacios para estar juntos, leer, también para trabajar, claro, para jugar con nuestros hijos (juegos de mesa, interactivos, online en familia), momentos de lectura juntos, seleccionar vídeos musicales, tutoriales o películas para compartir… Busca la complicidad de los que te acompañan.

Puede ser un tiempo perfecto para la creatividad tanto si estás solo como en compañía. Puedes cocinar, hacer esos pequeños arreglos que siempre se dejan para otro momento, puedes redecorar la casa. Se puede organizar un concurso de ideas para decorarla, o para preparar comidas distintas a las habituales.

Puedes ordenar los armarios y desechar la ropa que ya no utilizas, piensa en quién puede aprovecharse de ella, o si se puede vender por ciertas apps… Ya sabes.

Si se puede, intenta hacer esto en compañía, valorando positivamente todas las ideas que surjan entre todos: un taller de cuentos, relatos cortos, pequeñas historias, algo que os haga pasar un momento divertido.

Cuando todo esto pase, puede que haya menos momentos para este tipo de actividades.

También se puede hacer deporte en casa. Habría que planificar esta actividad. Se pueden encontrar nuevas aplicaciones o tutoriales para diferentes edades. Además de ser divertido, lo mismo nos mantiene en forma y aumentarán las sustancias estimulantes de nuestro cuerpo que nos hacen sentir bien. Así se reduce un poco la aparición de síntomas de depresión y ansiedad, mejora el funcionamiento de nuestro cerebro, activa nuestro cuerpo y aumenta la sensación de bienestar.

Evitando obsesionarte y preocuparte en exceso, valora el estado de salud en el que os encontráis y procede como nos están indicando las autoridades si detectas alguna situación que te preocupe.

Hay que darle mucha importancia al autocuidado: recibir luz natural, si se puede, durante 20 minutos al día, toma una dieta equilibrada, hidrátate convenientemente, duerme un número de horas adecuadas y, muy importante, no pierdas el sentido del humor.

Si lo crees conveniente, pide ayuda a tu red de apoyo.

Y para terminar, cuida especialmente tu estado de ánimo, lo que dices y sobre todo cómo lo dices, sobre todo si hay niños en casa.

Pero no sólo éso, cuida mucho tus pensamientos y emociones de manera que puedas construir y responder adecuadamente a momentos en los que el ánimo nos falla y la sensación de incertidumbre y desasosiego surge.

Y recuerda que gracias a tu labor, a tu lucha, estamos combatiendo el coronavirus y entre todos lo vamos a vencer.

NO ESTAMOS SOLOS.

SOMOS PARTE DE UN EJÉRCITO Y TODOS ESTAMOS LUCHANDO.

HASTA QUE LOGREMOS LA VICTORIA.

Este texto, está copiado casi palabra por palabra de un documento que ha publicado el Colegio Oficial para la Psicología de Madrid, que se titula “Orientaciones para la gestión psicológica de la cuarentena por coronavirus”. Espero que no se enfaden mucho y no acabe preso por plagio, porque permiso, lo que se dice permiso, no les he pedido…

Tutorial sobre cómo fabricar una mascarilla en casa 100% efectiva contra el Covid-19

Estamos acostumbrados, fundamentalmente por las películas e incluso por los documentales, a ver profesionales de la salud con estas mascarillas puestas. Como barrera protectora son maravillosas y han salvado miles de vidas.

También estamos acostumbrados a ver a miles de japoneses con ellas puestas mientras viajan en metro y que a ellos les parece normal, incluso respetuoso.

Y ahora ha llegado esto del Covid-19 que es una enfermedad que está afectando a la población mundial.

Tenemos miedo al contagio y es lógico.

Y una de las primeras cosas que vienen a la mente es la de protegernos del contagio.

Lo siguiente es pensar con toda la lógica del mundo que usando ese tipo de mascarillas estaremos a salvo.

Tanto es así que ya es muy difícil encontrarlas en el mercado, y la gente recurre a lo que tiene más a mano: bufandas, bragas de ciclista o motorista pra el cuello, pañuelos…

No os preocupeis.

Lo cierto es que estas mascarillas funcionan de maravilla, porque efectivamente pueden evitar el contagio. Pero quiero explicarme, pueden evitar que EL QUE LLEVE LA MASCARILLA contagie al que no la lleva.

El cirujano y las enfermeras de quirófano se ponen la mascarilla no tanto para protegerse ellos, sino para proteger al paciente.

La mascarilla evita que las gotas de tu saliva que salen de tu boca al hablar con alguien llegen a esa persona. Por lo tanto, si toses o estornudas con la msacarilla puesta, es más difícil que contagies a nadie. Pero no imposible, porque al toser o estornudar suele salir más cantidad de saliva o secreciones que al hablar. Por eso, con mascarilla o sin ella, al toser o estornudar tápate la boca y nariz con un pañuelo de papel y procura no guardarlo para otra vez. Ya sabes, usar y tirar. Si no queda más remedio, tápate con la parte de delante del codo. Si, esa por donde se dobla. No intentes taparte con el codo en si, lo mismo es imposible si no eres contorsionista y puedes causarte un esguince cervical…

Hay otro tipo de mascarillas, claro. Pero ésas se las vamos a dejar a las personas que realmente las necesitan.

¿Y el tutorial para evitar el contagio 100 % efectivo contra el Covid-19? Bueno, pues aquí os lo dejo ( Está en italizano, pero seguro, seguro que lo entiendes):


Ten muy en cuenta que el humor a veces es una cosa muy seria.

Y si a pesar de todo, tienes las desgracia de haberte contagiado, aquí te dejo unos consejitos recién emitidos por el Gobierno de Aragón, pero que como son de lo mejorcito, lo mismo es exportable al resto de España. Y al extranjero.



Recuerda, por favor, no salgas de casa si no es estrictamente necesario.

Impresiones de un impresentable sobre esto del COVID-19

Con todo esto del covid-19 y el estado de Alerta me he dado cuenta de un par de cosillas, y como hoy toca recogimiento en casa me apetece un poco compartirlas. Por entretenerme nada más y por si tú tambien te aburres y te apetece leer las tontunas de otro.
Me he dado cuenta de que hay gente que ni siquiera en un estado de emergencia social como en el que estamos y en la que todos deberíamos remar en la misma dirección no hacen lo que se espera de ellos y sin embargo se dedican a poner palos en las ruedas.
Los que consideran que a ellos les tiene que llamar el Director General de la Organización Mundial de la Salud personalmente, para que no salgan de sus casas, porque nadie les va a decir dónde pueden o no pueden estar, o festejar.
Los que consideran que lo mejor es llevar a los niños a la playa, o a la sierra, ahora que tienen 15 días de vacaciones, y si ya les dejan con los abuelos, pues mucho mejor.
Los que deberían tener una conducta EJEMPLAR, pero que después de ser diagnosticados, en lugar de quedarse en casa, se van de paseo sin mascarilla ni protección alguna o, sin estar diagnosticados, se escapan un día antes de que se declarara su zona de residencia como de alto riesgo, a su casita en cierta zona residencial y muy, muy exclusiva, custodiados por la policía nacional.
Los que acaparan mascarillas para no contagiarse, cuando lo que hace la mascarilla, esa de “tela” y que desaparece de los hospitales misteriosamente, es que no contagies tú, porque evita que tu saliva se proyecte lejos.
Pero como ya no quedan mascarillas cualquier cosa vale: un foulard de seda, sintética, claro, una bufanda tubular (vamos una braga), un jersey de cuello alto… cualquier prenda de ropa que te tape la nariz.
También están los que llevan guantes de lana…
Los que acaparan cosas porque si. No vaya a ser que me haga falta: yogures, natillas, postres, agua mineral, espinacas frescas, papel higiénico…
Y luego, para contrarrestar hay una panda de personas de a pie que lo están dando todo.
Los currelantes de los hospitales y centros de salud que están hasta la bandera porque, entre otras cosas, se decidió que sobraba personal, sobraban camas y que era mejor derivar pacientes a otros sitios y pagar el doble por ello. Los motivos sólo lo saben los que tomaron esas decisiones, y probablemente algunos familiares o amigos suyos.
Por cierto, que en los hospitales no sólo trabajan médicos y enfermeras, hay toda una cohorte de profesionales que funcionando todos a la vez hacen que el hospital sea un instrumento musical perfectamente afinado. A pesar de algunos. Son los técnicos, auxiliares, celadores, personal de cocina, personal de limpieza y hasta incluso personal administrativo. Y es casi seguro que alguno se me escapa, como los guardias de seguridad.
Hay otros currelantes, invisibles, que también están ahí aumque ya no estén en los hospitales y son todos aquellos que están en contacto con el público en general y que tienen que soportar diariamente las impertinencias del impresentable de turno que se cree con derecho a menospreciara quien le está dando un servicio, y que no saben si detrás de tu inútil mascarilla de tela hay una persona infectada o sólo una persona con miedo. Pese a todo te están atendiendo con toda su amabilidad y profesionalidad.
También están los que te traen suministros desde otros sitios, ¿o te crees que los rollos de papel higiénico crecen el el súper? Alguien te los tiene que traer. Los que te llevan la hamburguesa a casa también cuentan.
También está habiendo una panda de locos maravillosos que ofrecen sus taxis gratuitamente para trasladar enfermos, o posibles enfermos, hasta los hospitales, viendo que eso de las ambulancias está bastante complicado.
Las personas que cuidan de tus padres porque tú no puedes, en casa o en residencias. Y algunas ni siquiera tienen consideración de personal sanitario. Y que, en la medida de sus posibilidades procuran que estén lo mejor posible.
Me quedan los funcionarios públicos, porque la Administración no puede ni debe pararse. Incluidos los currelantes del transporte público.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, como siempre realizando tareas bastante ingratas, supongo que intentando impedir que te vayas a infectar a otros sitios cuando tú has decidido que como no te ha llamado el Director General de la OMS, te puedes ir donde te salga del papo.

Sí. Hay gente que se dedica a poner palos en las ruedas de este carro del que tiramos todos.

Afortunadamente hay otros que a lo mejor no son héroes, pero para mi que se les parecen muchísimo ,y que a su manera están aportando su granito y hacen que este carro tire para adelante.
Intenta hacer tú algo parecido.
Muchas pequeñas personas, haciendo pequeñas cosas, podemos hacer algo grande.
No pasa nada por ir a por el pan o a por pasta de dientes. Si luego no te dedicas a chafardear sobre la vecina que ha “pillao er bircho” algo habrá hecho la “mu” guarra.
Vas, compras y te vuelves a casa.
Puedes tratar de alimentarte bien. Alimentarse bien no significa jalarse cuatro natillas porque he comprado 40 y me caducan mañana. Frutas. Verduras. Legumbres. Aquello de la dieta mediterránea. Lo que guisaba tu abuela (procura ponerle un poco menos de grasa que ella). Porque estar bien alimentado implica que es más difícil que te pongas malito. Por cierto hidrátate bien.
Realiza actividades que te relajen. El estrés y la ansiedad están un poco a la gresca con tu sistema inmunitario. Si intentas soltar un poco de carga emocional lo mismo te resulta beneficioso.
Los hay que rezan, los hay que hacen ganchillo, los que meditan, los que hacen solitarios… Chafardea por teléfono, habla con tu familia. Puedes sacar al perro, darte un paseo corto, leer, escribir un diario, poesía o la mejor novela aún no escrita. Puedes hacer lo que tú sabes que te gusta y que te relaja. (Sí, eso también, si a tu pareja también le apetece).
Puedes informarte de la enfermedad y de la situación actual, por los canales oficiales, por favor. Que para histéricos ya estamos nosotros bastante serviditos en esto de las redes sociales. Y no. Tu cuñado no sirve como fuente de información normalmente. Imagínate ahora.
Y si al final te infectas, pues mira, si estás bien alimentado, hidratado y relajado, lo mismo los efectos no son tan catastróficos, porque, entre otras cosas, no suelen serlo. Los fallecidos, casi todos, eran personas que estaban inmunodeprimidas o porque tenían enfermedades previas que por desgracia, lo han complicado.
Date cuenta que algunos de estos impresentables, que han sido diagnosticados ya se pasean a los pocos días de manera poco responsable, por cierto y hacen una vida casi normal.
Lo importante es evitar las posibilidades de que te contagies, y si ya lo estás, evitar que se lo pegues a alguien más. Si crees que lo has pillado llama a los teléfonos que se han habilitado para estas cosas, y ten paciencia si no te contestan enseguida. Lo mismo hay MILES de personas que pensamos que estamos contagiadas y llamamos todos a la vez. Aunque resulte que lo que tengo es gastroenteritis.
Cuidate.
Mantente bien informado.
Ventila tu casa.
Aliméntate bien.
Permanece hidratado.
Relájate, no tengas miedo.
Lávate las manos.

Y sal poquito de casa.

Entre todos podremos. Y si tú aportas algo… mucho mejor.

Clavos en la Verja

Cuando nos sentimos enfadados por algo, y a veces nos enfadamos mucho, darle un camino a la ira y enfrentarte a ella de manera adecuada es complicado, a veces muy complicado, pero no imposible.
Lo que si está claro es que no conviene ser agresivos ni agredir ni con palabras ni con nuestras acciones, porquede esa manera seguiremos aumentando la culpa, la humillación y con ella la rabia y entraremos en un círculo vicioso de difícil salida.
La comunicación respetuosa es la mejor manera de solucionar conflictos.
Esta pequeña historia puede servir de ejemplo.

Clavos en la Verja

“Hubo una vez un niño que tenía muy mal genio. Su padre le regaló una caja de clavos y le dijo que cada vez que perdiera el control tenía que clavar un clavo en la madera de la parte trasera de la valla.
El primer día el niño había clavado 37 clavos.
Durante las siguientes semanas, como había aprendido a controlar su rabia, la cantidad de clavos comenzó a disminuir diariamente.
Descubrió que era más fácil controlar su temperamento que clavar los clavos en la valla.
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió los estribos. Se lo contó a su padre y este le sugirió que por cada día que se pudiera controlar sacara un clavo.
Los días transcurrieron y el niño finalmente le pudo contar a su padre que había sacado todos los clavos
El padre tomó a su hijo de la mano y lo llevó hasta la verja…
Fue entonces cuando le dijo: “Has hecho bien, hijo mío, pero mira los agujeros en la valla.
Nunca volverá a ser la misma.
Cuando dices cosas con rabia, dejan una cicatriz igual que ésta.
Le puedes clavar un cuchillo a un hombre y luego sacárselo. Pero no importa cuántas veces le pidas perdón, la herida siempre seguirá ahí.”

Y tú, ¿qué opinas?

Primer informe de Amnistía Internacional sobre Acoso Escolar

En España, son miles los casos de acoso escolar entre iguales que no se documentan debido a la ausencia de datos, una formación inadecuada y una rendición de cuentas deficiente.

Con esta frase comienza Amnistía Internacional su informe sobre Acoso Escolar. Podéis consultar su página directamente.

Hay quien puede preguntarse que hace Amnistía Internacional ocupándose del tema del acoso escolar: ¿Esos no se dedicaban a los Derechos Humanos? Y sí, es cierto que se dedican a los Derechos Humanos pero ¿es que todavía queda alguien que piense que el acoso escolar es cosa de niños?

Los principales puntos encontrados por Amnistía Internacional son muy familiares, –demasiado–, para los que nos venimos dedicando a este tema desde hace algún tiempo.

  • Las víctimas de acoso se sienten indefensas pero aún así temen denunciarlo para evitar que el problema se agrave, porque piensan que la denuncia es inútil o incluso contraproducente.
  • Los padres y las madres de los chicos que sufren acoso sienten un profundo sentimiento de culpa.
  • Hay una gran presión entre los adolescentes para ajustarse a los roles sociales de género.
  • En este estudio se repite el esquema de abusos físicos en los chicos y abuso social y exclusión en las chicas.
  • Algo preocupante es que los menores no identifican los insultos por la red y otras acciones incluidas en el ciberacoso como parte del acoso, aunque sus padres o profesores sí lo hagan. Y normalicen esas conductas.
  • En opinión de Amnistía Internacional, *las autoridades no están adoptando todas las medidas necesarias para proteger a niños y niñas*.
  • El Plan Estratégico de Convivencia Escolar 2016-2020, no se ha implementado en su integridad: el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar, sólo existe de manera nominal.
  • Las formas no físicas de acoso: los insultos, la exclusión social y el hostigamiento suelen pasar desapercibidas.
  • El número de casos documentados por las autoridades educativas es significativamente inferior al que se puede suponer por los testimonios de niños, educadores y padres.
  • El acoso escolar es un problema que preocupa mucho a educadores, psicólogos, padres y niños, pero sin el apoyo institucional, esa preocupación sirve de muy poco.
  • La dirección de los centros educativos tiene la responsabilidad disciplinaria, pero se sienten cada vez menos respaldados por la inspección educativa y si no hay denuncia, prefieren mirar hacia otro lado.
  • Los centros y las autoridades educativas deberían confiar más en los niños y adolescentes para identificar los problemas y buscar las soluciones.

Como venimos diciendo desde hace bastante tiempo: la educación debe ser una de las prioridades para evitar este tipo de problemas y los centros, los padres, los profesores y todos debemos transmitir un inequívoco mensaje de tolerancia cero al acoso entre iguales.

El informe se puede descargar directamente de la página de Amnistía Internacional.