Tengo una crisis de ansiedad ¿y qué hago ahora?

«Todo empezó como con una especie de zumbido en los oídos, de repente empecé a ponerme nervioso, me faltaba la respiración, como que me ahogaba y me dolía el pecho, el corazón me latía muy fuerte y comencé como a marearme… la cabeza me iba a mil vueltas por minuto y pensaba que me estaba dando un infarto y que me podía morir allí mismo, luego comenzaron los hormigueos en las manos que empezaron a temblarme y en los antebrazos, hasta que se me paralizaron y se me quedaron los dedos pegados…».

O algo así.

Esto podría parecerse mucho a lo que se siente cuando uno tiene un ataque de ansiedad, ataque de pánico (panic attack si sabes idiomas y eres muy tiquismiquis) crisis de angustia… Se llame como se llame, una muy mala experiencia.

Antes de nada, decir que un ataque de ansiedad es una respuesta de miedo intenso, o pánico que es algo aun peor, acompañado de sensaciones físicas desagradables y pensamientos catastróficos que llevan a la desagradable sensación de que algo malo va a pasar: ahogarse, perder el conocimiento, volverse loco, tener un infarto…

En muchas ocasiones tiene un antecedente claro, algo que provoca esa respuesta y que se presenta de repente, aunque no siempre es así. Incluso puede aparecer mientras estamos dormidos.

Lo más habitual es que sea un pensamiento, o una situación que puede que tengamos claro, o que nos haya pasado desapercibido, y que genera pensamientos que nos causan una intensa sensación de miedo, lo que va a generar una cierta actividad biológica (aumento del ritmo cardíaco, hiperventilación…) con lo que se aumenta la preocupación y el miedo generados, lo que va a provocar que las sensaciones desagradables aumenten y todo esto terminará en una sensación totalmente terrorífica.

Este es más o menos, el proceso por el que aparece un ataque de pánico. Aunque no tienen porqué aparecer todos los síntomas:

Los ataques de pánico suelen estar encuadrados entre los Trastornos de Ansiedad.

Si has padecido alguno, de manera ocasional, aunque sea una sensación extremadamente desagradable, lo cierto es que no va a generar ningún problema en especial, aparte del hecho de haber pasado una experiencia terrible. Unos minutos, que tienen un principio y que se acaban, más o menos rápido…

El problema llega cuando estos ataques se vuelven frecuentes, demasiado frecuentes. Es entonces cuando deberías plantearte buscar apoyo.

Por cierto, lo habitual es que una crisis de angustia dure entre 15 y 30 minutos, aunque hay quien dice que puede estar entre 5 y 40. Todo depende de la persona.

Como se aprecia en el gráfico, el punto álgido se encuentra entre los 3 y los 4 minutos, a partir de ese momento, la activación fisiológica va disminuyendo rápidamente. Y aunque sea poco tiempo objetivo, puede que después te sientas agotado.

 

Algunos dirán que a ellos el ataque le puede durar horas o incluso días enteros, bien, en ese caso, probablemente estemos hablando de una persona con unos altos niveles de ansiedad. Si el ataque de pánico puede llegar hasta una hora, en el peor de los casos, es cierto que puede que los niveles de ansiedad se eleven y permanezcan así durante más tiempo.

Pero ¿qué se puede hacer cuando tengo una crisis?

Pues aunque te resulte algo paradójico y no te puedas creer lo que vas a leer, ante una crisis de este tipo lo mejor es NO HACER NADA.

Reconoce lo que te está pasando y pasa el rato como puedas. La duración de la crisis sin hacer nada por evitarlo es de entre 15 y 30 minutos. Mientras que la duración de la crisis luchando desesperadamente contra ella puede ser de entre un cuarto de hora a media hora. Si, es un poco como lo de la duración de la gripe con o sin antibióticos.

Ten en cuenta que la fase álgida está alrededor de los 4 primeros minutos. Cuando quieras hacer algo al respecto, utilizar cualquier estrategia reparadora, lo vas a hacer cuando ya entras en la fase en la que la ansiedad va remitiendo…

Utilizar visualizaciones, meditaciones, relajaciones o lo que sea que hayas aprendido, o te hayan aconsejado, DURANTE el pico de la ansiedad te va a resultar prácticamente imposible. En esos momentos estás secuestrado por tu sistema límbico, que es un poco inconsciente y además a él le da lo mismo lo que hagas. A no ser que lleves muchos años de práctica y seas todo un experto en estos menesteres. Pero como intuyo que no lo eres, es probable que este fracaso te lleve unicamente a aumentar tu sensación de malestar y a la aparición de pensamientos negativos sobre tu capacidad para superar las cosas.

Ante un ataque de ansiedad, convendría tener claro: no te vas a morir, no es un infarto; es un ataque de ansiedad y en aproximadamente unos 15 minutos estarás mejor (vamos, un ratito) y encontrar un sitio donde poder pasarlo lo mejor que se pueda SIN HUIR DEL LUGAR.

Si escapas de la situación que ha provocado el ataque y te marchas corriendo a casa, o a algún lugar que consideres seguro cuando llegues te encontrarás mucho mejor, asociando, o mejor dicho, mal asociando tu casa con tranquilidad. Lo cierto es que debido a lo poco que dura el ataque de pánico, antes de llegar a casa e incluso dependiendo del tiempo que tardes en salir de ese espacio ya te deberías encontrar mucho mejor. Es un mecanismo muy muy parecido al que utilizan algunas fobias para instalarse…

En muchos sitios vas a leer que lo mejor es pensar en otra cosa, hacer algo distinto… Lo siento, eso es sólo otra forma de huir de la situación. Parece que funciona, pero… solo va a empeorar las cosas.

Cuando estas en compañía, lo normal es que la gente a tu alrededor quieran ayudarte y con toda su buena intención todos van a decirte lo que tienes que hacer. Casi mejor que solo haya una única persona, y en la mayoría de las veces, que sepa escuchar y aconseje poco.

La ansiedad, poco a poco irá disminuyendo, si resulta que asociamos esta disminución a la huida, la aparición de un amigo o amiga tranquilizadora o a la realización cualquier otra actividad milagrosa, corremos el riesgo de acabar dependiendo de la huida, del ritual o de la persona en cuestión, porque vas a terminar por creer que son estas cosas las que provocan la disminución del malestar.

Si para ti son habituales este tipo de crisis, o tienes una larga relación con la ansiedad, lo más recomendable es que busques ayuda para aprender a gestionarla. Mejor con un profesional de tu confianza.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *